miércoles, 20 de abril de 2011

AHORA ME HA TOCADO A MI

AHORA ME HA TOCADO A MI


Es la mayor vivencia que me ha tocado vivir , hoy por hoy, a mí, sin mas, el haber tenido prácticamente todo a estar sin nada, ni tan siquiera para el bus, es estar impotente, bloqueado, y con mas ganas que nunca, en vivir y ganar esta batalla. Creer que jamás me vería en un albergue comiendo, cenando y durmiendo. Es para vivir dicha situación y conocer el mundo de la pobreza y las personas que encuentras en él. Hay que estar preparado y tenerlo muy asimilado, tanto el entrar como el convivir y ser una persona muy fuerte, en la lucha de la supervivencia aunque te sientas solo. Por mi experiencia propia se lo que digo y mantengo. Eres grande cuando uno tiene, invita, comparte y ayuda y de pronto te ves en una situación como la mia y sabiendo como estás pasándolo te dejan, te olvidan y ya no interesas para nada, ni a nadie. Es por lo que digo que es una experiencia única, que dichas personas te abren los ojos para saber lo equivocado que yo estaba. Esto me hace pensar en un presente con cara al futuro y es lo que hago ahora, estar en un final que en realidad es un principio. Valoro a quien me apoyo, me animó a luchar, me aconsejó sobre todo a estar bien conmigo mismo. Doy las gracias a cuatro personas que me han dado una fuerza enorme para empezar de nuevo y una gran amistad, la cual valoro enormemente en estos momentos para que mis sueños de siempre se hagan realidad en un mundo nuevo, donde todos seamos personas iguales, sin mirar de donde son o su procedencia.  Realmente vale la pena luchar, ser fuerte, y sobre todo olvidar etapas anteriores que ya no valen la pena. A partir de hoy voy a empezar a ser el de antes, cueste lo que cueste.
J.M

 










AFTER HOURS

AFTER HOURS


En la noche  de Valencia me reencuentro con toda mi vida…    

Atravieso las callejas del Carmen un jueves cualquiera al inicio de la madrugada. Es enero y hace ese frío líquido de nuestra ciudad, que te cala los poros y llega hasta los huesos por más que te abrigues…

El Carmen en jueves, está llenito de gente de copas; como siempre, pero con más luz; con esa mezcla entre lo glamouroso de la antigua tienda de Francis Montesinos y los restos de punkies anclados en los 80´.
Ya no está esa calle Alta tan oscura por la que nos persiguió una panda muy peligrosa una noche loca de fallas; ni existen los “Tres tigres tristes”; aunque sí el bar “Carxofa” con nuevo look .

Que bonita me parece Valencia de noche; me he sorprendido con los arcos góticos tardíos de la antigua Beneficencia. La nostalgia me llevó a cuando mi novia estudiaba la carrera, y yo la recogía con mi R7, o con mi Ibiza, y, sobre todo, con mi amor.

Y atravieso la noche invernal con tanta luz que parece que el frío es menos; como la alcaldesa no paga el recibo… Ya sé, este papel no era para politiqueos, sólo para contar la belleza nocturna de mi Valencia… Bendita casa, y luminoso techo, de tantas honradas personas sin hogar.

Y recorro los árboles del río, Blanquerías y las Torres…

Era todo tan parecido, y a la vez tan distinto. Habían pasado seguramente veintitantos años entre cualquiera de esas dos noches. En la de antaño yo estaría de copas; en la de hoy, venía de recorrer las calles, con los compañeros de RAIS buscando “inquilinos” para el piso de emergencia. Yo soy el mismo, la ciudad es la misma, y los necesitados de ayuda seguramente también. ¿O nadie es realmente el mismo?
Sólo sé que en esas horas, cansado de todo un día laboral y con el metabolismo ralentizado por la madrugada, es muy fácil caer en el pesimismo. Y en maldecir a quienes son responsables de las injusticias del mundo por acción u omisión. Pero no me dejo.

Me subo el cuello de la cazadora a punto de llegar al coche. Me invade un pensamiento indefinido sobre los gobernantes de esta tierra. Me lo trago, porque nadie me oiría al fin y al cabo. Y porque pienso en Javi al pasar por “su cajero”, el cual está libre esta noche, por lo que imagino que está durmiendo a cubierto; bueno, durmiendo o contando chistes sin parar a quien se ponga a su alcance.

Javi: ¡Qué grande es el ser humano para rebosar tanto sentido del humor aunque la vida te vapulee sin piedad!

Rafael García Martínez
Valencia 6 de febrero de 2009



viernes, 15 de abril de 2011

Romance en la Granja

Una linda mañana de primavera
nos fuimos todos a una granja escuela.

Patrice quería cambio de aires
Y no nos fuimos a Buenos Aires.

Disfrutamos de un marco singular
En un enclave sin igual.

A Félix se le vieron las mañas en la parrilla
¡Menuda ristra de cosillas!

Panceta, chorizo y costillas
¡Grasa hasta las patillas!

A Juanma le gustó salir
Lidia dijo:”¡qué buen día para ir!”

Cerdos, chivos, cabritillos
Corderos, pavos reales y conejillos.

¡Menudo jaleillo!

Montse era una vaca hermosa
que quería envestirnos briosa.

A caballos pudimos tocar,
peinar y también montar.

“Perlita se llama mi amor,
La echo de menos, ¡que dolor!”

“ Yo soy José Antonio y ella es una yegua
y para nuestro amor no hay tregua”


Eugenio parecía un capataz
Enhiesto, con su pose al galopaz.

Y así compartimos este día
Siesta incluida ¡y mucha alegría!

Experiencia de la última salida grupal en Marzo de 2.011.
Grupo y equipo profesional del Piso de Apoyo al Tratamiento para PSH.
Fundación RAIS.
 

martes, 5 de abril de 2011

1000 historias de encuentro y 1001 historias de esperanza


















Sandor es una persona seria, reservada, callada. Normalmente no suele apuntarse a los talleres que organizamos en el Rincón del Encuentro de Madrid pero, sorprendentemente, cuando le hablamos de Tejiendo Historias nos dijo que le apetecía sumarse al grupo.
El taller de Tejiendo Historias consiste en la creación conjunta de una tela o tapiz a partir de retales en los que se tejen imágenes importantes para las personas que forman parte de la actividad.
El primer día, Sandor enhebró un hilo y, con pasmosa maestría, comenzó su diseño. En el boceto se podía contemplar un pequeño árbol que, solitario en lo alto de una montaña, representaba la vida en un terreno roscoso, árido e inhóspito.
Sandor apenas habla de su vida. Sabemos de sus orígenes húngaro-rumanos a través de pequeñas conversaciones que mantenemos ocasionalmente. El día del taller Tejiendo Historias contemplábamos atónitos la destreza de sus dedos y, como si pudiese leer lo que pasaba por nuestras mentes en esos momentos, nos explicó que había sido sastre durante mucho tiempo y su paso por prisión le permitió, a base de gran tesón en las horas muertas, practicar su oficio hasta alcanzar una excelencia que podemos contemplar cada día que tenemos la actividad.
El resto de los integrantes del grupo le piden consejo y Sandor se levanta pausado de su asiento y les ayuda a mejorar el aspecto de sus creaciones.
Gracias al trabajo en equipo, estamos tejiendo una de las mejoores historias jamás contadas: la de las segundas oportunidades, la de agarrarse a pequeños hilos de esperanza y tirar de ellos hasta recuperar historias humanas que en algún momento se quebraron y que luchan por salir adelante. Como la de Sandor. O como la de Luis. O la de Amparo. O las de Juanjo, Luigi, Mariusz, Rosa, Alfonso...
O como las nuestras propias. La de Martina, la de Pepe, la de Ruth, Jose, Llamal, Lorea, Eduardo, Javi, Laura... Y, por supuesto, las de nuestros voluntarios y voluntarias, sin cuya labor no podríamos construir este maravilloso rincón que ahora compartimos con vosotros y vosotras.